Querido cenotafio,
¿estás tan vacío como mi alma justo ahora?
Hay un chico del otro lado del salón, el cual me volvía loca, eso parecía, pero ya sabes, nada resulta ser como uno piensa. En realidad, quizá se quedo en mi corazón de una forma un poco forzada, ya que en esa época de mi vida había alguien que sí me hacía perder la razón, sin embargo, nunca fue nada seguro, y dolía, de forma realmente insoportable, dolía el quererle, así que, frente al aula, estaba este nuevo chico, que no estaba mal, que era interesante.
Gracias a esta persona conocí varios nuevos sentimientos:
culpa, pues ya tenía a alguien; remordimiento; un vacío extraño. Pero al final estaba bien, si él era feliz.
Un semestre paso, él comenzó a acercarse a mí, me miraba, jugaba con mi cabello… y a mí me gustaba más, tanto que mi corazón punzaba y se aceleraba cada que él se acercaba, sin embargo, hasta donde yo sabía él aún tenía a alguien, es por eso que con todo el dolor de mi alma me aleje de él, para evitar el dolor, para evitar la culpa, pero no me funcionaba, todo persistía.
Un día, él comenzó a acercarse a otra chica, jugaba con su cabello, le sonreía como alguna vez a mí, incluso la esperaba. Todo avanzó al grado en que se tomaban de la mano, y todo el mundo lo sabía, que algo estaba surgiendo entre ellos dos. Y allí, algo nuevo descubrí, mi corazón estaba roto, realmente roto. ¿Cómo había pasado? Yo me había detenido pensando en su pareja, yo lo había evitado porque me gustaba demasiado y yo… yo había perdido. Mis sentimientos eran tan insignificantes y mudos.
El ya no tenía a su antigua novia. Por eso estaba con aquella chica.
No pensé que él fuera esa clase de chico, aquel que desiste con una chica que no accede a la primera, dime, ¿fui tu primera opción de reemplazo? o ¿por qué parecías buscarme y luego fuiste con ella? De verdad, no eres la persona que creí. Por 5 meses te observe y tuve que forzarme a matar mis sentimientos por ti. Luche hasta el extremo de la muerte para que mi corazón dejara de acelerarse, pues ahora sólo dolía al verte llegar con ella.
Sin embargo, nunca aprendo… otro semestre, otro inicio, estoy contigo, pero nada es igual, no puedo confiar en ti. ¿No lo sabes?, mi idea sobre ti está demasiado distorsionada. Errada, quizá, para mí tú sigues con ella.
Cada que dices que te preocupas por mí, recuerdo como la mirabas.
Cada que esperas por mí, te recuerdo llegando por la mañana con ella tomándote de la mano.
Cada que dices que ella no es nada tuyo, recuerdo a tus compañeros cantando canciones cursis para ustedes.
Cada que rozas mi mano, te recuerdo jugando con su cabello.
Cada que hablas, que me miras, que salimos, recuerdo todo el dolor, ¿no lo sabes?, mate mis sentimientos por ti.
Quizá, sino hubiese presenciado aquello, no me comportaría cortante, sarcástica, fría. Aún te quiero, pero, lamentablemente soy la clase de chica que no olvida el dolor tan fácil, y menos ese, de algo que según yo, era algo así como un amor noble. No sé, no sé si ahora hablas en serio, si juegas conmigo, y es que no te creo, lo siento.
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